¿Quieres encontrar algo dentro del blog? Busca aquí

lunes, 19 de octubre de 2015

¿Un pequeño tirano en casa?

"Cómo y cuándo establecer las primeras normas de conducta a los pequeños tiranos de la casa". 
Comenté que era un post que me hacía especial ilusión, porque para él necesitaba la colaboración de Lidia Ramos (Licenciada en psicología). Es un tema demasiado peliagudo como para considerarme capaz de daros consejos así sin más, así que sí lo hacemos, ¡lo hacemos bien!. Y así ha sido como se ha gestado esta colaboración entre pediatra y psicóloga, ¡genial!.

Me parece un post escrito con muchísimo tacto y cariño, muy aplicable para quien quiera hacerlo, muy reflexivo para quien tenga ganas. Ha sido un muy buen trabajo. Desde luego el éxito de todo esto reside en ¡aplicarlo!, y sobretodo en ponerle ese toquecito característico vuestro que le va a dar el carácter personal necesario para que sea aplicable a cada familia, porque cada casa es un mundo, porque cada niño es diferente y porque cada familia tiene unas características de vida únicas. 

Así pues, la idea es que: lo leáis con atención, penséis en el cariño con el que lo hemos escrito, y esperemos que sirva para tener algunas nociones sobre como empezar en este mundo que nadie nos ha enseñado con anterioridad: "El mundo de los pequeños tiranillos de casa". 

PD: ¡Gracias Lidia! 
                                                               Firmado con cariño: RAQUEL RAMOS y LIDIA RAMOS
______________________________________________________________________________
No hay un momento concreto en el que empezar a poner normas a nuestros niños. Los límites y las pautas de conducta forman parte de la vida, y como su propia vida, empieza desde el momento de su nacimiento. Durante el primer año de vida las necesidades básicas del bebé se limitan al cuidado, alimentación e higiene. Si cubrimos estas atenciones, siempre con el amor y cariño que el bebé necesita de sus papás, éste empezará a "confiar" en ellos. Pongo "confiar" entre comillas porque pensar que un bebé tiene la capacidad de reflexionar resulta inverosímil, pero claramente sí poseen mecanismos cognitivos que le permiten aprender con cada estímulo que reciben. Su forma de confiar en vosotros es comprobando que siempre estáis presentes cuando lo necesitan. Éste es el requisito esencial para que los niños desarrollen su autonomía y poco a poco vayan ganando la capacidad de aprender límites y normas.

Responder a las necesidades del bebé no es consentirlo ni malcriarlo, todo lo contrario. Darle todo el amor y atención posibles en este momento lo convertirá en una persona bien equilibrada. “

Cuando el bebé haya logrado alcanzar este primer paso, necesitará aún unos meses para madurar tanto física como psicológicamente hasta empezar a descubrir el mundo por sí mismo. 

Alrededor de los 6 meses, el bebé empezará a experimentar con ¡TODO!. Es normal, empieza a ser consciente de una multitud de estímulos completamente nuevos (A modo de curiosidad, no es hasta los 6 meses aproximadamente que el bebé alcanza ver como lo hacemos los adultos). Es en este punto del desarrollo cuando empezarán los primeros NO. Estas prohibiciones no serán banales y caprichosas, es que muy probablemente el niño ponga en peligro su integridad en algunas ocasiones (llevar objetos a la boca, tocar cosas punzantes, enchufes, etc...) Sin duda este será el primer capítulo de su aprendizaje sobre del bien y el mal.

¿Cómo decimos: NO?

  • No seas ambiguo: Decir no y sonreír a a vez lo confundirá, es normal. Sería ideal pronunciarlo con un tono de voz seguro y rostro serio, mostrando con nuestra expresión facial y corporal que estamos disconformes con lo que acaba de hacer. ¡Ojo con gritar! Si nuestra reacción es desmesurada el niño puede asustarse y el resultado puede ser contraproducente. La firmeza está entre lo ligero y lo autoritario
  • Reserva los "no" más rotundos para situaciones graves. Si el niño realiza una acción que pueda poner en peligro real su integridad o la de otros es normal que nuestra reacción sea más enérgica y firme. Queremos hacerle saber que no debe repetir esa conducta. Es cierto que a edades demasiado tempranas el niño no capta el mensaje que nosotros verbalizamos, pero sí el tono emocional en el que lo hacemos. 
  • Di "no" cuando sea necesario. Parece una tontería pero es un error muy común. ¿Diríamos "no" a un bebé que está aprendiendo a andar y se cae? Obviamente lo acompañaremos en su aprendizaje y lo ayudaremos repitiendo y repitiendo la acción hasta que el niño sepa hacerlo por sí solo. Si nuestro bebé está comiendo y se le cae el alimento de las manos, le ayudaremos y enseñaremos para que no se le caiga más. Por el contrario, imaginemos que le damos una galleta y la tira. Lo que está haciendo inconscientemente es preguntarte hasta dónde puede llegar con sus acciones. Si en ese momento le decimos -No, la comida no se puede tirar al suelo- el bebé empezará a interiorizar donde están los límites de lo que puede hacer y lo que no. 
  • Ser fieles a vuestra palabra. No os desesperéis y sed pacientes. El bebé es un pequeño "científico" ensayando que os pondrá a prueba continuamente. El niño aprende haciendo, nosotros somos los encargados de que si hemos dicho que no a algo, esa situación no se vuelva a repetir. Imaginemos que un bebé de 8 meses coge una pulsera nuestra y la empieza a morder (pudiendo ésta romperse y atragantarse). En vez de dejar que siga jugando con ella o quitársela de la manos una y otra vez, cógela y guárdala mientras le dices: -No , la pulsera de mamá no se puede morder-. A cambio, puedes darle un mordedor o un juguete que sí pueda morder. ¡Elimina y substituye!. Es probable que en breve se canse de éste también y coja por ejemplo el mando de la tele y lo muerda. Haremos entonces lo mismo que con la pulsera, quitarlo de su alcance y explicarle que eso NO se muerde, ofreciéndole algo que sí pueda morder y le diremos: -Esto sí puedes morderlo-. Es importantísimo ofrecer alternativas, así le estás enseñando a tu hijo que sus inquietudes son aceptables pero no con todo lo que está a su alcance. ¡Ánimos!. Es una lucha en la que la constancia es la clave!
Del año y medio en adelante el niño comenzará a ser autónomo y ahora los límites estarán enfocados a darle seguridad desarrollar su autocontrol y promver su autoestima. Ahora el niño ha desarrollado la capacidad de empatizar y formar imágenes mentales (son capaces de preveer qué pasará). Por eso además de utilizar los trucos descritos más arriba, podemos llevar a cabo otras conductas: 
  • Reforzar lo positivo: ¿No os gustaría que vuestro jefe os dijera lo bien que habéis hecho una tarea en vez de siempre resaltar lo negativo? Lo mismo piensa vuestro hijo. El niño ahora es capaz de entender que algo no se debe hacer, pero estaría genial si además le enseñaras cual es la manera correcta de hacerlo. Recompensar los buenos comportamientos es mucho más útil y beneficioso que destacar los malos. Cuando enseñamos a nuestro hijo a realizar alguna tarea nueva o cuando le ordenamos algo, deberíamos motivarlo elogiando con palabras y gestos de cariño hasta el mínimo esfuerzo que realice.  
  • Enséñale la conducta correcta y las consecuencias. Imaginaos que vuestro hijo está comiendo y se divierte tirando la comida al suelo desde su sillita. En este caso le mostraremos nuestra desaprobación diciéndole -la comida no se tira al suelo, ¡venga vamos a recoger!- Podemos poner al niño en el suelo y pedirle que nos ayude dándonos algún trozo de comida que se haya caído, le mostraremos como lo tiramos a la basura y le diremos que lo ha hecho genial. Es probable que mañana vuelva a repetir la travesura, entrando en juego aquí nuestra paciencia. Repetiremos la misma acción día tras día hasta que, sin duda, llegará un momento que mirará la comida y recordará que algo negativo sucede si la tira al suelo. 
Los tres primeros años de edad servirán para ir afianzando los prerrequisitos necesarios en el aprendizaje de las normas. A partir del tercer año los niños ya podrán entender lo que es una regla y cumplirla. En esta etapa podemos añadir conductas nuevas para enseñar normas a nuestros hijos: enseñarle rutinas y explicar el porqué de las normas. 
  • La importancia de las rutinas. Es muy aconsejable enseñar rutinas al niño y ser lo más repetitivos posibles. Será beneficioso acostumbrar al niño a seguir siempre una misma secuencia de acción con aspectos de su día a día. Si siempre seguimos los mismos pasos (Cuando la aguja de reloj está "aquí" es la hora de comer; ponemos en la mesa los tenedores y servilletas que nos dan papá y mamá, nos sentamos, y comemos) nuestro hijo interiorizará estos pasos y aprenderá a hacerlos solo. A medida que el niño vaya aprendiendo a realizar estas tareas de manera autónoma iremos añadiendo secuencias más complejas (Le enseñaremos a ir a buscar los tenedores al cajón y los pondrá él solo). ¡Recuerda!, hay que ser repetitivos y constantes con estas rutinas: déjale claros los pasos a seguir y asegúrate que siempre los cumple (rectifícalo en caso contrario y felicítale siempre que lo haga bien). 
  • Explica el porqué de las normas pero sé breve y contundente. Si manifiestas la razón en pocas palabras tu hijo te entenderá mejor. -No se muerde a los niños, eso les hará daño-, -Si no nos lavamos los dientes podemos tener enfermedades-. Cuando un niño entiende el motivo de una regla se sentirá más animado a obedecerla. Con esto buscamos que los niños no actúen por el premio o el castigo, sino que actúen por una conciencia del bien y el mal que irá incrementando progresivamente. Explicar el motivo de las reglas y dejar que el niño las lleve a cabo conducirá a nuestros hijos a poseer una claridad acerca de las consecuencias lógicas de sus actos. 

A pesar de que siempre intentaremos que no hagan las cosas por obtener un beneficio inmediato, estaría genial recompensar su esfuerzo a lo largo de un período de tiempo (una semana por ejemplo). 

Os propongo una idea buenísima para pactar normas y recompensar a vuestros hijos: La ECONOMÍA DE FICHAS. Es una técnica psicológica utilizada especialmente en niños para modificar conductar y promover aquellas que son más deseables. A continuación os dejo un par de links donde os podéis descargar dos ejemplos. ¡Rondan muchísimos más por internet! Podéis utilizar alguno de ellos, el que os guste más. 


La idea es utilizar una tabla donde estén los días de la semana y las tareas que queramos reforzar (lavarse los dientes, ir a dormir a "x" hora, recoger los juguetes, etc...) Pactaremos con nuestro hijo que cada día pondremos un "gomet" o dibujaremos una carita feliz :D en la casilla cuando haga correctamente la tarea. Es importante que el refuerzo (poner la pegatina o dibujar :D ) se haga inmediatamente después de hacer bien la tarea. En el caso de irse a dormir, podríamos hacerlo justo antes, de manera que una vez puesta la pegatina se meta directamente en la cama. Al final de la semana, si todos los días ha cumplido la tarea la recompensamos haciendo una actividad que le guste (iremos en patines, al cine, a la bolera o jugaremos con él). 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta la publicación si te pareció interesante.